El hecho sucedió en la madrugada del domingo en San Martín al 3400. La víctima de 33 años murió en la vereda después de un episodio que no está claro dentro del bar. En la autopsia aparecieron lesiones en el rostro y cabeza.
La muerte de un hombre dentro de un bar del microcentro de Mar del Plata y que en un principio se había atribuido a causas naturales se investigará como un posible homicidio al comprobarse la existencia de golpes que no serían compatibles con una caída por desvanecimiento.
El fiscal Juan Pablo Lódola analizó en las últimas horas el informe preliminar de autopsia confeccionado por el cuerpo médico forense de la Policía Científica y tomó la decisión de no descartar la factibilidad de un homicidio. “La causa sigue teniendo provisoriamente la carátula de averiguación causales de muerte, pero ya se conminó a la DDI a investigar qué sucedió dentro del comercio”, dijo una fuente judicial a este medio.
La víctima, identificada como Pablo Alejandro Soria (33), falleció en la vereda del boliche “Yaguito” de San Martín al 3400 luego de sufrir una aparente descompensación en el baño.
El diputado provincial Rodolfo “Manino” Iriart salía de cenar en el restaurante contiguo y fue una de las personas que intentó realizar masaje cardíaco a Soria para reanimarlo.
Los hechos ocurrieron cerca de la 1.30 ya del domingo último, cuando el hombre estaba con un grupo de compañeros de trabajo. De acuerdo al testimonio de estas personas, Soria anunció que iba al baño y hasta ese momento todo transcurría con total normalidad. Incluso los amigos aseguraron que no estaba descompuesto ni siquiera había tomado alcohol en cantidad suficiente para sufrir borrachera. Aunque recién está comenzando la investigación se conoció la secuencia que siguió: minutos después se aproximó una persona de seguridad del bar a la mesa y le informó al grupo que Soria se había desvanecido y golpeado la cabeza.
“Yo vi el momento en que lo estaban sacando al chico y lo dejan afuera en la vereda. Los de seguridad cerraron el boliche y se metieron para adentro”, explicó “Manino” Iriart a este medio.
Iriart intentó masajear el pecho (“no sé hacer RCP pero tampoco los policías que llegaron en el primer patrullero”) y Soria para entonces no mostraba reacción. Tenía sangre en la nariz y alguien en el lugar dijo que se trataba de una persona epiléptica. “Todos creímos que había pasado eso. La médica de la ambulancia hizo algunos intentos con pinzas eléctricas pero yo después me retiré”, concluyó el legislador.
En un principio los antecedentes cardíacos de Soria (había sufrido un infarto hacía cinco meses) orientaron la hipótesis hacia una muerte natural.
No obstante, el fiscal inició una causa por “averiguación causales de muerte” y ordenó la operación de autopsia tras la cual surgieron muchas dudas. Un hematoma palpebral bilateral (párpados), excoriación en pirámide nasal, esquimosis alrededor de la boca y hematoma en cara interna de los labios fueron las lesiones que dispararon alarmas. Además de todo, fractura de cráneo.
La conclusión sugerida por peritos fue que es muy difícil que ese tipo de heridas se produzcan por una caída por desvanecimiento.
Ante esta revelación el fiscal Lódola solicitó a la DDI que iniciará averiguaciones para la cual los videos de cámaras de seguridad serán importantes, como también todos los testimonios de las personas que estaban en el bar.
Quienes acompañaban a Soria dijeron no haber percibido nada raro ni tampoco que hubiera existido algún conflicto dentro del bar. Para el fiscal Lódola en un principio no se había advertido algo sospechoso, pero el informe forense lo llevó a abrir una investigación más profunda cuyos resultados se conocerán en los próximos días.